20/8/13
"Té con limón"
En estos momentos mi organismo padece algo que todos llaman como una fuerte gripe que atenta contra mi salud, mi estado de ánimo y genera preocupación en la familia. No sé si para evitar el contagio o porque de verdad se preocupan por mí. Lo cierto es que en el instante menos pensado, de forma inconsciente y sorpresiva, me convierto en víctima de un ataque de estornudos que aunque trato de evitar, contener y calmarme, no logro cumplir con lo cometido, y hago gestos y sonidos, raros en mí, perdiendo toda cordura y sobriedad que poseía en mis contados minutos de pretender ser un adulto. En pocas palabras, arrebata contra mi estado de tranquilidad. Con ojos lagrimosos y siendo punto de atracción para las miradas cercanas, saco de mi bolsillo trasero un pañuelo que, por su aspecto antiguo, viejo, muy pasado de moda, bien podría ser de mi abuelo sin darme cuenta. De repente se me hace la pregunta que más parece una ley dictada, una absurda interrogante como muestra de preocupación: ¿Estás bien? Me es inevitable responder que estoy bien. Cuando es mentira. Estoy pésimo. Lo único que quiero es refugiarme en mi cama y abrigarme como oso en invernadero. Adueñarme del control remoto y ver la televisión en la compañía de mi perro y recibir cuantos té con limón fuesen posible.
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