30/9/13

"Skipper: Parte I"

El perro es el mejor amigo del hombre. Yo no lo creía. Cuando era niño tenía tantos amigos que era imposible sustituirlos por una mascota, aquella que jamás pronunciaría palabra alguna y por ende, a mi parecer, la diversión no sería la misma. Otra frase muy usada es que los amigos se cuentan con los dedos de una mano. Yo nombraba a mis amigos uno a uno y me faltaban dedos para cubrir el número de amigos que tenía en mi haber. Pero el tiempo pasó y, hoy en día que entiendo con mayor claridad las cosas, ahora sé porque hablan tan bien de los perros. La historia comienza días antes de mudamos a la gran ciudad. Mis hermanos, siendo niños estudiantes de primaria, querían con ansias un perrito. No voy a mentir que también quería como mascota un perro; así que, con el impulso de nuestros padres y la actitud que todo infante posee de emprender algo sin percatarse del resultado, comenzamos a ahorrar. Mis padres siempre han sido unos genios, pues que mejor forma de inculcar el sentido del ahorro, a sus hijos, comprándoles una alcancía en forma de chanchito. Parecía una tarea difícil llenar esa alcancía con solamente monedas pero, si queríamos tener a Skipper, debíamos de cumplir con ahorrar hasta llenar esa alcancía de singular aspecto. La misión era cumplir con el cometido lo más pronto como fuese posible, cuidando que las monedas introducidas sean de valor considerable. Ahí mi mamá nos ayudaba, pues le entregábamos algunas monedas por un billete. Para el tiempo que el chanchito ya no podía tragarse más monedas ni siquiera billetes enrrollados, tuvo mi papá el atrevimiento de romper aquella simpática alcancía. Mis hermanos y yo, sentimos lástima por aquel chanchito que nos acompañó algunos meses y que, al igual que nosotros, compartió la misma fuerza de optimismo e ilusión que se apoderó en nuestra casa. Pero a la vez, estábamos seguros que el sueño de tener un perrito se haría realidad muy pronto.

27/9/13

"Terry Fox"

Pudo haber sido bien peruano. Bueno, no lo sé. Pero un veintiocho de julio nació Terry, en una ciudad canadiense llamada Winnipeg. Desde muy joven mostró señales de que sería un buen deportista, y no tuvo que esperar mucho para serlo, pues, a la edad de dieciocho años, ya era todo un campeón en baloncesto. Todo iba muy bien hasta que meses más tarde, le diagnosticaron cáncer a los huesos y tuvieron que amputarle la pierna derecha. Trágico momento para cualquier deportista, pero no lo pensó así nuestro amigo Terry. Él asimiló su carencia, y prosiguió con su vida. Cabe resaltar la gran fuerza de voluntad y osadía para continuar con lo que más le gustaba: el deporte. Y así, este joven canadiense, continuó practicando baloncesto (aunque esta vez con ayuda de la silla de ruedas) y se dio el lujo de conseguir tres campeonatos nacionales, en esta modalidad. Con el objetivo de recaudar fondos para vencer la enfermedad que aquejaba, y para que otros se beneficiaran también, empezó a preparar la carrera llamada "Maratón de la Esperanza". Esta maratón, en la cual el único atleta sería Terry, tendría como punto de partida, el extremo oriente del país y como meta el otro extremo del occidente; es decir, recorrer todo Canadá de este a oeste, ocho mil kilómetros para ser exactos. Entonces inició la maratón, sin expectativa alguna, claro; pero pronto este atleta conseguiría muchos reconocimientos, entrevistas en medios de comunicación, y lo que es mejor, consiguió recaudar muchos dólares canadienses gracias a que la población contribuía con su hazaña. Esa misma que se apagó en un poco más de la mitad de camino, cinco mil trescientos treinta y tres kilómetros. Pero su sueño de combatir el cáncer no se detiene aún. Hasta hoy se honra su memoria en muchos países, haciendo diversas actividades deportivas, destacándose las maratones, y así conseguir fondos para la lucha contra el cáncer.

26/9/13

"Colegio"

Comenzaba un nuevo día. Solía despertarte la alarma del celular o, en mi caso, la voz de nuestra madre. Esa voz que podía ser tan irritante en ese momento, por ser las palabras mágicas con que interrumpió tu excitante sueño, pero que el resto del día era la voz más dulce que podías escuchar. Entonces te bañabas, te cambiabas y te cepillabas –esto último si es que te acordabas– y te despedias de toda la familia como si te fueras a la guerra, como un soldado que emprendería la misión de batallar por la justicia y defender la nación. Pero no, era simplemente que te ibas al colegio. Esperabas que llegue la movilidad o, mejor dicho, trasporte escolar, como es coloquialmente conocido, y te embarcabas rumbo a tu habitual destino. Pasabas por la misma esquina, cruzabas la misma calle mientras leías algo que te olvidaste estudiar – esto con el objetivo de aprenderlo en tiempo record tal como una canción con singular estribillo– o buscabas escusas para negar que no habías estudiado. Y, entonces, llegabas a la escuela. Era evidente que la preocupación se notaba en tu rostro pues, si no te lo decían, era notado por tus compañeros quienes conocían mucho de ti. La única preocupación era no haber estudiado para aquel examen que, para ese entonces, era un problema mayúsculo, un caso muy severo que no podría ser superado por cualquier otro dilema. En fin, no teías idea que todo era más sencillo antes, que la época de colegio fue, es y seguirá siendo la mejor. Hoy quiero pedir por mis amigos, mis compañeros de clase: el inteligente, el sabelotodo, la bonita, la fea, el gordo, el de lentes, el negrito, el artista, el callado; mis profesores, la directora, el portero y su ayudante, el del kiosko, la señora de limpieza y todos ellos que marcaron la mejor etapa de vida, por todos ellos quiero pedirte, Dios mío, que los bendigas a ellos y sus familiares. Te lo pido, Señor, de todo corazón. Amén.

25/9/13

"Autobús: Parte II"

-Tranquilo que esto es un atraco. Deja de moverte que te irá peor. ¿Qué guardas ahí? Un celular. -No. -A ver. ¿Qué es? -Es solo un reproductor. -Ok y ¿a dónde vas? -Cetro. - ¿Cómo dices? -Al centro. -Ok. Tranquilízate. Mira, esta pistola es de mentira ¿lo ves? Si tú quieres puedes bajarte del autobús corriendo. Y ¿cómo te llamas? -Oscar. -Bueno, Oscar, ¿cuánto tienes ahí? Revisa pa' ver. -Tengo sesenta, pero estos cincuenta son para mi tío que me está esperando en el centro. Te puedo dar estos diez. -Ya dame acá esos diez. -Y ¿por qué hablas así? ¿de dónde eres? Y tranquilízate que ya pasó. -De Perú. -A mira de Perú. Fino. Y ¿cómo es Perú? - Si es bacán. -¿Bacán? -Bonito. -A ok. Ya relájate no te haré nada. ¿Sí va? - Sí va. -Ok, chau Oscar. -Chau. -Bueno señores, este es un atraco. Mentira, ¡adiós! El ladrón bajó del autobús corriendo después de robarle el teléfono a la chica que estaba a lado de la puerta, y quien seguramente estaba desatenta igual que el pasajero, de los audífonos, del último puesto. Por otra parte el chofer, confuso de lo que sucedía, preguntó si el ladrón mandó a que se estacionara junto al terreno lleno de matorrales. Confusión total.

24/9/13

"Autobús: Parte I"

Era mediodía y me encontraba en el paradero, ubicado en la gran avenida frente a los viejos edificios. Hacía mucho calor y, por ende, sudaba sin cesar. Pero nada impedía continuar con mi estado de total alegría y emoción que sentí desde que llegué a esa ciudad, lugar donde viví mis mejores años. Donde en cada esquina, cada calle, cada tienda tiene impregnado recuerdos, que aún, no habían sido borrados. Y ahí estaba yo, frente a los viejos edificios, esperando poder reconocer a alguien de aquel tumulto de gente que salía del autobús. Después de resignarme a no reconocer a nadie, entré al colorido autobús y me senté en la parte posterior. Al fondo, lejos de los pasajeros. ¿Mi destino? Sorprender a quien alguna vez fue mi jefa, en el local de la estación de radio donde trabajaba. Pues así como días antes sorprendí a mi amiga, mientras ella trabajaba en la misma tienda, quise hacer lo mismo con la locutora. Camino a la radio, sentado frente a la ventana del lado izquierdo, tomé mis audífonos de mi bolsillo derecho y seleccione una canción desde mi reproductor de música. Sin hacer caso a lo que ocurría alrededor, pude observar como el cobrador, del colorido autobús, abría y cerraba la boca. Parecía que estaba gesticulando palabras. No lo sé. El caso es que no escuchaba nada que no fuera mi música. Mientras me cuidaba de no cantar, siquiera en voz baja, y visualizando la manera con la cual sería recibido en mi anterior lugar de trabajo, sentí de pronto algo extraño. Era una pistola apuntándome un costado del abdomen.

23/9/13

"Primavera"

En pocos días comenzará, oficialmente, la primavera. Eso quiere decir que la temporada de invierno se marchará. Pero descuiden amigos extranjeros, esto no es como en Europa. Aquí el clima es muy raro. Sobre todo en la costa, que es en donde vivo. Para empezar aquí no llueve, llovizna. El invierno y el verano señalan mediocres grados. Entiéndase bien que digo solo de la costa, sobre todo la central. Aunque el norte no se salva de mis críticas climatológicas. Hace unas semanas visité el norte del país y me di con la grata sorpresa que hacía mucho calor, como si estuviéramos en el mes de febrero. Pero solo en las mañanas parecía verano porque, cayendo la tarde, un ventarrón de aire, como en otoño, se apoderaba de la ciudad. Y yo que soy medio delgado o escuálido, como mejor me recuerdes, trataba a duras penas de no perder el equilibrio, de no caerme, de nos despegar mis pies sobre la acera. Y no fue así. Por suerte, nunca me he caído por un vendaval. Por lo menos hasta ahora. El caso es que, nuevamente, las grandes cadenas de farmacias, clínicas, hospitales, doctores, enfermeros, farmacéuticos y todos aquellos que tengan que ver con medina en general, aumentarán sus ingresos, en pocos días, gracias a la alta demanda de gente enferma que necesita de ellos por el cambio de clima. Pues es en estas fechas donde la gente cae enferma como pan caliente. Así que abríguese y cuídese querido lector.

20/9/13

"Luismi"

En un día de abril, hace más de cuarenta años, nació en Puerto Rico un niño llamado Luismi. Su padre era un conocido cantante español  y su madre una actriz italiana. A su corta edad, Luismi, mostraba aptitud para el canto. Fue así que su padre, cuya carrera artística estaba en decadencia, apostó todo por su hijo, llevándolo a canales de televisión para que cante en vivo. El niño, que apenas tenía once años, para que se sintiera más a gusto en sus presentaciones en televisión, era acompañado de su padre quien, tocando la guitarra en dichas actuaciones, visualizaba la gloriosa firma que iba a plasmar en el contrato que, según él, estaba por llegar en cualquier momento. Y así fue. Un año después, firmaría el tan esperado contrato con una prestigiosa compañía disquera. Pero no todo fue alegría para este joven artista. Pues, a pesar de ser tan famoso y adinerado, tuvo que lidiar con una dura batalla. Su madre, por razones aún descocidas, sale de su casa, como cualquier día, con la promesa de volver pronto. Y nunca volvió. Hasta el sol de hoy, Luismi, no encuentra respuesta de donde podrá estar su madre. Así que ya saben. Si la encuentran, favor avisar. Broma. Lástima por él. Nadie desea pasar por esto. En fin. Sin madre y siendo niño aún, nuestro personaje de los viernes de historia, tuvo que acostumbrarse  a vivir con esta severa angustia. Pero esto no detuvo a Luismi. Él continuó trabajando año tras año y, ahora, es un artista ícono en Latinoamérica que, por los tantos premios obtenidos y muchos años de trayectoria, aún tiene fieles seguidores. Aquellos que lo verán, en un nuevo concierto, en un par de meses.

19/9/13

"Buhoneros"

Comienza un nuevo día en la agitada ciudad. El padre despierta, se levanta y se dirige hacia el baño. Mientras él se acicala, su señora esposa –quien sigue tendida en la cama– se queja de que los rayos del sol le apuntan a su rostro y le recrimina a su esposo por dejar la cortina abierta. Luego de unos minutos, el hijo de esta pareja de clase media baja entra a la habitación de sus padres y les dice con mucha angustia, y con los ojos llenos de lágrimas, que le había ocurrido un accidente. Pues soñando, que se divertía nadando en una piscina, despertó con la impresión de haber mojado sus pantalones, la cama y las sábanas, mientras dormía plácidamente. El padre hace un fuerte resoplo y aparenta no haber escuchado nada. La madre, en cambio, descarga toda su furia contra el niño recordándole que ya no es un bebé y que tiene que ir al baño antes de dormir. El señor, al escuchar que su esposa había dicho que su hijo ya no era un bebé, este se animó a decir, con tono de soberbia, que a su edad ya trabajaba. El niño regresa a su habitación esperando que su día mejore y que la rabia de sus padres sea olvidada como resultado de un buen día de trabajo. Ellos toman sus bolsos, las llenan de gaseosas, cigarros, galletas, caramelos, dulces y cuanta golosina entre en ellas y salen de la casa, y se dirigen hacia la gran avenida donde esperan regresar de ella con las bolsas vacías. Hoy pido por aquellos buhoneros, ambulantes, gente que trabaja en la calle con la misma misión de todo padre: llegar a casa con un caluroso recibimiento y que su esfuerzo sea recompensado por una sonrisa de sus hijos quienes, gracias a ti, comieron  un buen plato ese día. Protege a esas familias que no tienen la suerte de vivir como nosotros. Te lo pido, Señor, de todo corazón. Amén.

18/9/13

"Críticos"

-¿Te enteraste lo que le está pasando? -No, que pasó. -Habla más bajito. -Ya, dime qué pasó. -Ahora se le ha dado por publicar cada tontería en su facebook. Yo no sé. Les dice a sus papás que será un profesional, pero anda con la musiquita, la guitarrita y ahora está escribiendo puras barbaridades. -Pero déjalo. Si le gusta escribir, pues a buena hora. Además, yo leí algunos de sus escritos y no lo hace tan mal. -Que va a estar escribiendo ese niño. Acaso ¿piensa ser escritor? ¿Vivir por solo escribir? Muchas preocupaciones tienen sus padres para que este chiquito venga con eso. -¿Cómo así? ¿Qué preocupaciones? -Yo no sé. Pero dicen por ahí, que su mamá, lo explota en su restaurante trabajando de mesero, cuando debería estar estudiando. -Pero él dijo que pagaba demasiado, en esa universidad, por venir del extranjero. Y debía esperar hasta marzo para que le rebajen la mensualidad. -¿Y tú les creíste? Eso es un cuento que el pobre se lo creyó para que trabaje como esclavo en el restaurante. Pobrecito. No deja de quejarse. Leí por ahí que lavaba más de veinte platos al día. -¿Donde leíste eso? -Te digo que lo leí en su facebook. -Bueno, no lo sé. Osquitar me dijo que le gustaba ser mesero. Que lo veía como una bonita experiencia. -¿Pero qué de bonito va a tener eso? Si ni siquiera le pagan. -Ya, silencio que ahí viene.

17/9/13

"Suspiro"

Una videollamada fue el canal que me unió a ti, por escasos minutos, para volver a oír tu voz y sentir que estamos otra vez juntos. Si supieras cuan acostumbrado estaba de ti, que ahora me resulta sencillo extrañarte. Pues siendo cortos los días que no estoy contigo, se me hace larga la espera de verte conmigo. Te extraño mucho mamá. Te extraño de verdad. Esta ciudad, que es tan atestada y grande, se queda muy corto comparado al cariño que te tengo, mi querida madre. Es extraño, pero desde que me fui no dejo de pensar en ti, y de las grandes conversaciones y de tu grata compañía que algún día fue de mí. Y que serán siendo muchas cuando haya pasado el tiempo necesario. El tiempo adecuado, el más acertado. No caigas en contradicciones e ignora toda crítica o desaliento que son nada más que fruslerías, majaderías, tonterías de la gente mayor que no pueden, ni dejan, ver un destino mejor. No te preocupes por mí, aunque no parezca, me gusta estar aquí. Estando en esta ciudad siento que estoy cada vez más cerca de mi sueño: recogerte en mi auto nuevo, y pasear por el mundo entero. Este es el inicio de un bonito cuento, el mejor que jamás hayan escuchado mis nietos. Y así será. Ya verás mamá, que en esta ciudad, lograré ser un buen profesional, para así ser el orgullo de mi padre, ejemplo para mis hermanos y el suspiro para mi madre, que tanto yo la amo.

16/9/13

"Trece"

El pasado viernes, mientras escribía memorables líneas, me contaron que era trece. Sí, ¡viernes trece! Día de la mala suerte. Casualmente ese día celebrara, para mis adentros, mi primer trabajo como escritor, sin sueldo alguno y de lectores ni uno. Pero estaba celebrando. Que mayor celebración, para mí, que estar acompañado de las personas que quiero y que, de forma sincera e incondicional, me quieren también. Y si preguntan si salí, pues sí. Un par de veces salí a comprar pan y algunos productos de limpieza. El caso es que estaba yo ahí, pensando cómo es de irónica la vida y que tan bien diseñadas son las coincidencias. Yo creo que es el destino, un mensaje de allá arriba. Pero que mensaje podría ser que mi primer aniversario, como escritor sin sueldo y sin lectores, sea elegido un viernes trece. Pero eso no es todo. A ver si se sorprenden igual que yo. Ahí les va. Un sueño que, como rara vez, logré recordar, fue motivo para agarrar mi lapicero (de modo inerte o en piloto automático, para que sea mejor entendido) y escribir unas palabras con la ilusión de que fueran leídas por mis amigos: los protagonistas de mi sueño. Luego de resignarme, a lo que al parecer no fue leído por ellos, entonces seguí en la aventura de escribir temas entretenidos, diálogos divertidos, historias ejemplares y, de vez en cuando, anécdotas personales. La parte donde se sorprenden viene a continuación. El día que comencé a escribir, sin darme cuenta del calendario, fue un martes trece. Otro día de mala suerte.

13/9/13

"Cumplemes"

Hoy debería haber escrito una breve historia de algún personaje conocido, como "Marco" o "Rocky", para que sea tomado en cuenta como ejemplo de superación y éxito. Pero no. Hoy es un día diferente. Por lo menos para mí. "Hace un mes" comencé a escribir, por iniciativa propia, breves escritos de mi autoría. Sería mentira si dijese que soy un ducho escribiendo, que me la paso el día leyendo acompañado con un "Té con limón" y que de mis rimas llamar tu atención pretendo. Eso último tal vez. Aunque a decir verdad, no sé qué pueda esperar después de esto. Por ahora no me ha ido tan bien. Luego de publicar, a los cuatro vientos, un escrito que llevaba por título: "Busco Novia", me han llamado loco y necesitado. Aunque no lo crean llegué a obtener noticias de mi anuncio, pero como dirían "Los Peloteros", me llevarían preso. Se trataba de una menor de edad y, como me dijeron una vez, "Sin DNI no ingresa". Aunque si esta hubiera sido "Barranquillera" lo hubiera pensado mejor. Lo más triste aún es que "Chicho", mi amigo de la universidad, me hizo entender que no tenía talento para esto. Y creo que tiene razón. A veces pienso que sin querer he entrado en una cápsula donde no podré salir jamás, en círculo vicioso (como diría un amigo), en una "Bomba de tiempo" (como lo diría yo). La semana pasada no encontraba temas que no sean relacionadas al fútbol. "Discusión de Reyes" y "Arriba Perú" trataba de eso. Pero hay que ser "Optimistas", puedo mejorar. Después de todo, me gusta lo que hago. Desde que escribo, mis padres ya no reciben un "Permiso para salir" de mi parte. Aunque, sin contar las fiestas, no soy de salir, pues no me gusta ser "Visita incómoda" de nadie. Disculpen a los que se sintieron "Aludidos". Pero es verdad. El caso es que después que les mostré en esa "Cena Familiar", a mis padres, un escrito titulado "Premonición", me felicitaron a rabiar. Pude observar que me miraron con otros ojos. A tal punto que me dieron de repetir "Shambar". Sí, comí mucho ese día en el restaurante. Por cierto, luego de la "Lección aprendida", seguimos "Subsistiendo" sin trabajar en ello. Hoy, trece de de setiembre es mi "Cumplemes". Mi primer cumplemes como, desde mi punto de vista, escritor de columnas para jóvenes y no tan jóvenes, y desde el punto de vista de mis compañeros: sandeces, majaderías, tonterías mías. Gracias a los que opinan diferente. Prometo volver la próxima semana con una historia más breve.

12/9/13

"Subsistiendo"

La ola de frío que asecha al sur de este país ha dejado un fallecido, alrededor de ochenta mil personas afectadas, cerca de ciento cincuenta casas destruidas, aproximadamente treinta mil animales muertos (contando ovinos y camélidos), y más de seiscientos mil animales enfermos. No suelo empezar de esta manera. Así que perdonen la crueldad que emiten estas líneas y que, por alguna razón, acaban de leer. Pero son cifras verdaderas. Es nuestra realidad. Hay muchas personas que viven cegados de lo que pasa alrededor. Sí, los hay. Y aquí estoy para desenmarañar todo tipo de tema ignorado. Continuamos. En esta estación del año, nuestros hermanos que viven en distintas regiones del sur del Perú, son los más agraviados. Aquellos que cargan con todo el peso de la crueldad que trae consigo el invierno. Pues, por no tener recursos necesarios e indispensables para el territorio donde habitan, mejor dicho por ser pobres, la gente llega a perder quizás su única fuente de trabajo (animales y hectáreas cultivos), a esto se le añade la falta de estudio, por parte de los jóvenes, que se ven obligados a tener que dejar de asistir por orden proveniente del estado. Si eres inconsciente dirías que no es tan malo después de todo. Que no asistir a clases no es motivo de preocupación. Pero no es así. Estos miles de niños, y no tan niños, van de regreso a sus casas después de cruzar nevadas de casi un metro de altura. Soportando así el frió de -en algunos casos- veinte grados bajo cero, llegan a su destino con la ilusión de que la ayuda por parte del gobierno, empresas privadas, artistas, o alguna persona que se apiade de ellos, haya llegado a su humilde hogar. Te pido, Dios mío, que no desampares a estos niños que no tuvieron la dicha de vivir en circunstancias y lugares mejores a las que ya están acostumbrados. Bendice a sus padres que luchan por el subsistir a diario de sus familias a tan despiadado invierno. Te lo pido, Señor, de todo corazón. Amén.

11/9/13

"Permiso para salir"

-¿Qué haces? -Buscando un balde para limpiar el baño. -¿Y ese milagro? ¿A dónde quieres ir? -No nada. Solo quería limpiar. -Hijo, yo te conozco. Dime ¿a dónde vas? -Bueno, es que Chicho me está llamando a ver si salimos a tonear. -¿Quién es Chicho? -Mi amigo de la uni. Te hablé de él. -Hay hijo, cómo será ese amigo. Debe ser un loquito que solo piensa en salir a fiestas. -No mamá. Es estudioso. Sabe matemáticas. -¿Y a qué hora te vas? -A las diez voy a su casa. -Pero ¿por qué no viene a recogerte? -Es que todos nos vamos a encontrar en su casa. De ahí nos vamos a Barranco. -Hijo, pero eso está lejos. -Sí mamá, pero nos iremos juntos. Además, el papá de Chicho nos llevará hasta allá. -Ya hijo, esta bien. Y ¿hasta que hora piensan quedarse? -Hasta las tres o cuatro. -Vienes temprano, por favor. Mírate ese cabello, está bien largo. Te pongo moñitos si quieres. -Ya mañana voy para que me corten. -Péinate por favor hijo, échate enjuague cuando te bañes. Y ¿con qué ropa vas a ir? No te vayas a poner el mismo pantalón negro, que ya todo el mundo lo a visto. -Pero es el único que tengo limpio. -Ahí hay más, hijo, busca bien. ¿Y con qué camisa vas? -Pero quiero ir con polo. -Hijo, allá todos van con camisa. Ahí viene tu papá, pídele permiso. -Papá, ¿puedo salir esta noche con mis amigos? -Ya hijito. Anda con cuidado. ¿Y cómo quedó el Real Madrid? -Ganamos papá, ganamos.

10/9/13

"Optimistas"


Son muchas las particularidades que posee el venezolano. Pero, quizá, la que más llama mi atención es que no son nada pesimistas. Al contrario, son bien positivos. A pesar de vivir en un país lleno de incomodidades, el venezolano, logra atravesar la barrera de la incertidumbre para estar en paz y armonía con la gente que lo rodea. Ellos celebran tus triunfos. Si no buscan nada de ti te lo dicen sin pensarlo dos veces. Pues al ser directos y sinceros se evita que se propague la envidia en nuestra sociedad. Aquella que alcanza a ver ciegamente los defectos de la persona, llegando a pensar que sus triunfos fueron obtenidos a base de mentiras y que por ende no merece elogio alguno. Esto pasa con nuestros jugadores de la selección. Los ven como si fueran nuestros enemigos, en vez de ser vistos como nuestros aliados o, por qué no, ídolos nacionales. Ningún esfuerzo sobrehumano podrá ganarse el cariño incondicional del hincha peruano, puesto que solo en los momentos buenos es cuando se les quiere y se les idolatra, y en los malos ratos –como este– piensan únicamente que jamás debieron vestir nuestra camiseta. Tomemos como ejemplo el optimismo de los venezolanos quienes, en ningún medio de comunicación, mencionaron que estaban eliminados, más bien, que aún podían alcanzar el sueño de clasificar con vez primera al mundial, cuando es preciso decir que tienen menos posibilidades que nosotros. Creamos en nosotros mismos, hay que ser positivos, nosotros estamos más cerca de ellos y nos vemos más lejos que todos. Así que, ¡Sí se puede!

9/9/13

"Lección aprendida"

Discúlpenme, pero no puedo dejar de hablar de fútbol. Mucho menos en estas fechas. Siempre he dicho que mi esposa la conoceré en el estadio. Una fanática de gritos desenfrenados. Aquella chica que llama la atención de los presentes por corear los cánticos, celebrar los goles y hasta insultar a los rivales y al pobre árbitro, de la forma menos delicada posible. Por cierto, que mal árbitro nos tocó ese día. Pero bueno. No nos desviemos. El caso es que el pasado viernes no publiqué nada. Grave error. Como mi madre dice: "Si te comprometes con algo debes cumplir sea como sea". Aunque, para esta ocasión, quedaría mejor otra frase de mi madre: "Si empiezas algo debes termina bien y no dejarlas a medio hacer". El día que deje de publicar mis escritos será el día que recibí la invitación de algún familiar y tuve que tomar un avión con destino a Europa. La justificación sería clara. Las horas de vuelo, que demanda un viaje hasta el viejo continente, son de gran consideración como para esperar a llegar y publicar algunas líneas de mi autoría. Aunque pueda que el viaje sea programado un fin de semana (días que me autoproclamo libre de publicaciones). De no ser así, el hecho de que no pude publicar escrito alguno, fue porque invité a salir a la chica del estadio. Sí, la fanática de los gritos desentrenados. Y se me hicieron cortas las horas a su lado. Pero para evitar eso, y aunque aún no la conozca, tendría que preparar mis escritos con anticipación, como ahora lo estoy haciendo. En fin. Esto no se va a volver a repetir. Lección aprendida. Si no escribí algo digno de ser leído es porque las películas del autobús no me dejaron concentrar.

5/9/13

"Arriba Perú"

Mañana viernes, específicamente a esta hora, nuestra selección jugará un partido muy importante. Porque de ganar seguiremos en la lucha por clasificar al mundial y de perder las posibilidades se nos acortarían en demasía. El Perú entero se paralizará a esta hora para ver un encuentro que promete estar lleno de emociones. El rival es uno de los equipos más fuertes del planeta. Pero eso no nos amilana porque sabemos que nuestros jugadores darán lo mejor de sí para sacar un triunfo peruano. Un triunfo que nos devuelva la ilusión a los millones que nacimos en este hermoso país quienes, en su mayoría, observarán y vivirán el encuentro, de igual o mayor intensidad, que el mismo público que llenará el estadio. El niño con su camiseta, la madre que preparó la cena, el vigilante del condominio, sus amigos que se reunieron a ver el partido, los que prefieren verlo en familia, los encarcelados y el policía que custodia su estadía, los que deberían estar presos, los políticos y sus obreros, los músicos y los que sueñan con ser músicos, los pandilleros, los olvidados, los que luchar por sobrevivir a diario, los doctores y sus pacientes, los dueños y sus clientes, los que soportan el frío y verán el partido en la calle, la cocinera y sus comensales, los taxistas que escuchan el partido en la radio, las residenciales y los barrios, todos nos unimos por nuestra selección. Dios mío. Ayúdanos en estos partidos trascendentales para clasificar. Para ver a Perú otra vez en un mundial. Haz que la alegría llegue a cada rincón de mi país. Te lo "pedimos" Señor, de todo corazón. Amén.

4/9/13

"Discusión de Reyes"

-A ver si entendí mi rey. Si Perú gana el viernes ¿Vamos al mundial? -No mi reina. -A pero si perdemos nos eliminamos. -Tampoco. Te dije que si ganamos el viernes a Uruguay estaremos en zona de clasificación, eso siempre y cuando Venezuela pierda con Chile. -Y qué pasa si ganamos cinco a cero. ¿Con eso podemos clasificar? -No mi amor. El marcador no importa. Lo importante es ganar ese partido y los que restan. -¿Y cuántos faltan? -Cuatro partidos contando con el del viernes. -A ya. Y ¿va a jugar Messi? -No mi reina, él es argentino.  -A sí, cierto. Ya pero el loquito Vargas si juega. -No lo sé. Tal vez juegue. Lo que sí sé es que no cuentes conmigo ese día desde las siete de la noche. -Pero el partido es a las nueve. -Nueve y media. Y te digo que a las siete porque a esa hora juega Venezuela contra Chile. -Pero mi rey. ¿Acaso piensas ver dos partidos? o aún te crees venezolano -No mi reina. Lo que pasa es que tenemos que apoyar a Chile para que gane. -Pero ¿para qué quieres que gane Chile? -Luego te explico mi amor. Me tengo que ir. Más tarde te vuelo a llamar. -¿Qué pasó? ¿Te enojaste? -No mi reina. Es que es difícil de explicártelo. -Ya ¿sabes qué? Me importa un comino tu fútbol. No esperes que vaya a ver el partido contigo. Y ojalá gane Uruguay. Adiós.

3/9/13

"Busco Novia"

Tú lo sabes bien querido blog. Más que a nadie, menos que yo. Que de mostrar aire de soberbia no es de mi agrado ni mucho menos objetivo de mi inspiración. Pues, sabes bien los deseos que pretender de tus líneas quiero. Antes de recibir premio alguno, prometiste cumplir mi más deseado sueño. Conocer una doncella que a tus escritos llegó sin remedio y que, con sutil ligereza, encantada quedó al ver aquello. Una señorita que hermosura no pueda ocultar, por tan holgada sonrisa y sosegado ademán, llegara de este joven algún día interesar. Que de la lectura fuese amante, un bostezo de mi canción no hiciese, que de sus pulmones un gol gritase, y llamarse novia por mi quisiese. Curando así con toda cicatriz que este corazón, maltrecho y afligido, por tan nobel amorío, padeció sin razón. Desde lo más recóndito podrá ella recibir, en el momento que adecuado fuese, detalle alguno muy particular en mí. Y aunque el diluvio comience y las velas de su barco se rompan, saber que cuenta con el apoyo de mi más humilde persona. Pero la costumbre y la aceptación del ir y venir, nos traerá como resultado una alegre aventura que no tendrá fin, pero sí el regalo que siempre quise para mí: Ser amado, sin recibir nada a cambio. Ser querido, por algún buen motivo. Ser aceptado, a pesar de mis defectos y fracasos. Ser atendido, por un amor correspondido.

2/9/13

"Visita Incómoda"

Recibí la llamada de Chicho. Acordamos vernos minutos antes de las cuatro de la tarde en el sitio indicado. Me prometió que ibamos a jugar fútbol si antes pasábamos a visitar a su enamorada, la morenita de buen porte, a su casa. Al llegar, ella nos recibió con mucha gentileza y entonces, luego de un breve saludo de pareja, Chicho me la presentó. Me saludó como si fuese un amigo lejano, íntimo, conocido de hace mucho. A continuación, ingresamos a su acogedora casa. Saludamos a sus amigos que estaban en la sala, lugar donde se me dio la orden de esperar mientras, ella y mi amigo, se dirigían a alguna de las habitaciones. Sabra Dios a que. El caso fue que trataba de disimular mi incomidad porque hacía mucho que estaba ahí sentado y nadie decía palabra alguna. Me encontraba sentado a lado de un desconocido amigo de la enamorada de Chicho quien, como él y el resto de los que ocupaban un lugar en esa sala, tenía algo que llamaba mi atención. Ninguno miraba la televisión prendida. Mas bien estaban en un estado de total concentración observando, de forma individual, una pantalla mucho más pequeña: su teléfono celular. Yo no miento. Hago uso por buen tiempo, pero entrecortado, de mi teléfono. Pero trato de no usarlo cuando estoy en comunicación directa con mis padres, hermanos, amigos o quien quiera que fuese. Pues  merecen, como muestra de respeto, un contacto visual mientras me comunico con ellos. Entonces ese día me pregunté ¿Por qué mejor no se incorporaban de su sitio, salían de aquella casa y visitaban a la persona con quienes estaban chateando en su celular?