19/9/13
"Buhoneros"
Comienza un nuevo día en la agitada ciudad. El padre despierta, se levanta y se dirige hacia el baño. Mientras él se acicala, su señora esposa –quien sigue tendida en la cama– se queja de que los rayos del sol le apuntan a su rostro y le recrimina a su esposo por dejar la cortina abierta. Luego de unos minutos, el hijo de esta pareja de clase media baja entra a la habitación de sus padres y les dice con mucha angustia, y con los ojos llenos de lágrimas, que le había ocurrido un accidente. Pues soñando, que se divertía nadando en una piscina, despertó con la impresión de haber mojado sus pantalones, la cama y las sábanas, mientras dormía plácidamente. El padre hace un fuerte resoplo y aparenta no haber escuchado nada. La madre, en cambio, descarga toda su furia contra el niño recordándole que ya no es un bebé y que tiene que ir al baño antes de dormir. El señor, al escuchar que su esposa había dicho que su hijo ya no era un bebé, este se animó a decir, con tono de soberbia, que a su edad ya trabajaba. El niño regresa a su habitación esperando que su día mejore y que la rabia de sus padres sea olvidada como resultado de un buen día de trabajo. Ellos toman sus bolsos, las llenan de gaseosas, cigarros, galletas, caramelos, dulces y cuanta golosina entre en ellas y salen de la casa, y se dirigen hacia la gran avenida donde esperan regresar de ella con las bolsas vacías. Hoy pido por aquellos buhoneros, ambulantes, gente que trabaja en la calle con la misma misión de todo padre: llegar a casa con un caluroso recibimiento y que su esfuerzo sea recompensado por una sonrisa de sus hijos quienes, gracias a ti, comieron un buen plato ese día. Protege a esas familias que no tienen la suerte de vivir como nosotros. Te lo pido, Señor, de todo corazón. Amén.
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